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Escondida en las montañas del Valle de Aosta, la casita de campo se erige como un pequeño refugio para quienes buscan un respiro del estrés cotidiano. Antaño un granero, es ahora un tranquilo rincón, completamente renovado para ofrecer un ambiente acogedor e íntimo. Enclavada en el verdor de una propiedad privada, la casita es el lugar ideal para las parejas que desean reconectar con la naturaleza y disfrutar juntos de momentos de serenidad. En el exterior, el jardín es un verdadero abrazo de tranquilidad. Cómodas tumbonas, una sombrilla que protege del sol y sillas perfectas para admirar la vista de las montañas, donde los colores cambian a cada hora del día. Es un rincón perfecto para tomar un té al atardecer o cenar bajo el cielo estrellado. Cada detalle está pensado para que se sienta como en casa, inmerso en un paisaje que proporciona paz y belleza en cada estación. La ubicación es ideal para explorar el Valle de Aosta. La pequeña ciudad de Roisan donde se encuentra la casita de campo es tranquila y acogedora, lejos del bullicio, pero perfecta para salir a descubrir las maravillas naturales de la zona. Senderismo, paseos por el bosque y rutas en bicicleta de montaña le esperan a poca distancia, mientras que el primer bar y la tienda de comestibles están a un corto paseo. Si le gusta la nieve, puede llegar al telecabina de Aosta-Pila en sólo 12 minutos en coche, o a los remontes de Crevacol para esquiar alpino en 25 minutos. Para los esquiadores nórdicos, Flassin está a sólo 15 minutos. Si busca una experiencia más exclusiva, a unos 40 minutos encontrará Courmayeur, el Skyway del Mont Blanc y las famosas Termas de QC, para regalarse un día de puro bienestar.